jueves, 18 de mayo de 2017

Ricardo Orrantia Cantú, El valor de la Responsabilidad Social Empresarial


Una de las características de la responsabilidad social empresarial es la voluntad de las organizaciones para incorporar en su toma de decisiones impactos positivos en la sociedad y el medio ambiente, por lo que en la situación global actual, se necesitan empresas que operen bajo un modelo de conducta que influya en la sociedad a través de la prestación de sus servicios, contribuyendo así al desarrollo sostenible del país.
El simple hecho de existir nos compromete a respetar y mejorar el mundo en el que vivimos, pues todas las acciones que realizamos – positivas o negativas – nos impactan, no sólo a nosotros, también a los que nos rodean; esto nos hace responsables, nos obliga a buscar y a sacar lo mejor y, cuando se trata de las empresas, se necesita ir más allá de meramente cumplir las normas, se trata de pro actividad, de contribuir activamente en el mejoramiento social, a esto se le denomina responsabilidad social empresarial.
Este valor, tan indispensable, debe tenerse también de forma interna, garantizar un trato respetuoso y considerado; un lado humano en los negocios. Cuidar a nuestros colaboradores, pues son ellos el corazón de una empresa, saber transmitir el por qué se están haciendo las cosas, para que ellos no solamente sepan que el camino que decidimos tomar es el adecuado para todos, también para que se sientan motivados con el ideal y, a su vez, repliquen este deseo de lograr un bien mayor.
Además, debemos garantizar que todas las necesidades de aquellos que nos ayudan a lograr esto sean cubiertas, porque merecen que el esfuerzo que hacen sea retribuido y reconocido por sus familias y en su entorno.
En estos tiempos de crisis, surge la necesidad de difundir nuestros valores empresariales (liderazgo, innovación, excelencia, colaboración, integridad y compromiso) a favor de atender áreas de oportunidad, que se presentan en la actualidad, ya sea de carácter social, económico o ambiental, e, idealmente, en estos tres ámbitos. Por lo tanto, se busca innovar en pro del desarrollo sostenible, no sólo en la organización sino también en los grupos de interés.
Con el fin de motivar y reconocer esto, es que el distintivo ESR ® es otorgado anualmente por el Centro Mexicano para la Filantropía (Cemefi) y AliaRSE.
“Dicho distintivo no sólo agrega valor a la marca, sino que acredita a las empresas ante sus empleados, inversionistas, clientes, autoridades y sociedad en general, como una organización comprometida voluntaria y públicamente con una gestión socialmente responsable como parte de su cultura y estrategia de negocio.”
Para promover un esfuerzo perdurable, año con año se deben garantizar las acciones que llevan las empresas a dirigirse bajo un eje rector en busca del bienestar.
Para mí es de suma importancia que cualquier proyecto en el que tomo parte posea, además de estas características, una voluntad de entregarle a la sociedad un mejor presente – y por ende, un mejor futuro –, con el objetivo de retribuir a la sociedad la confianza que hemos alcanzado con nuestros clientes y nuestra comunidad.
Quiero hacer extensiva mi felicitación a los colaboradores y directivos de las distintas empresas que conforman Grupo Altavista, agradecer su entrega, convicción y compromiso ante las acciones de responsabilidad social que desarrollan día a día ya que estas, nos han llevado a obtener el distintivo ESR otorgado por el Centro Mexicano para la Filantropía (Cemefi).
Nuestro compromiso es seguir participando en programas de asistencia que generen un desarrollo sustentable y bienestar a comunidades vulnerables. Así mismo, continuaremos impulsando programas de concientización y cuidado del medio ambiente entre colaboradores, socios, clientes y comunidad en beneficio de nuestro entorno ecológico.


Ricardo Orrantia Cantú.

miércoles, 10 de mayo de 2017

¿Qué te tomas?: La historia y evolución de las bebidas mexicanas.



La cultura se vive, se ve y se examina, incluso puede probarse. La gastronomía es un reflejo de la idiosincrasia de un pueblo y de una época, puesto que los ingredientes que integran un platillo crecen en la zona por una razón, apoyan la formación el carácter de su gente. Lo mismo aplica a las bebidas, desde las ancestrales, que han pasado de generación en generación, hasta las que son parte de un mundo contemporáneo y, también, casi de un género pop.

Por este motivo que el Museo del Objeto (MODO) se ha dado a la labor de crear la exposición ¿Qué te tomas? Las bebidas mexicanas, muestra que reúne lo más importante de los nectares que han sido una parte de nuestra historia.

“Las bebidas mexicanas son fruto del mestizaje y parte de su cultura híbrida, han acompañado desde siempre los festejos y las penas, los banquetes y las hambrunas, los bailes y las guerras, convirtiéndose en parte esencial de la cotidianeidad mexicana. Siempre presentes en la iconografía popular, son un tema rico para la identidad de los mexicanos”, explica Antonio Soto, director de colecciones y curador del Museo del Objeto.

Se habla de la relevancia del maguey, como se han creado centros sociales en torno a esta planta y sus destilados, que se crean desde la antigüedad y han pervivido hasta nuestros días.
Las bebidas no solamente hidratan, han impactado – y continúan haciéndolo actualmente – en el aspecto alimenticio; la cerveza, por ejemplo fue clave en el siglo XIX (antes, durante y después de la Revolución Mexicana) al potenciar la industria vidriera, que fue clave en el desarrollo de nuestro país, a la par de la ferrocarrilera, petrolera y la siderúrgica.

“Las bebidas mexicanas han tenido diversos usos, más allá de la nutrición o la embriaguez, su producción y consumo se puede ligar a prácticas sociales tan complejas como la religión, la economía y la recreación […] las diferentes culturas prehispánicas en México, concedieron un carácter ritual al maguey y a los agaves en general, los cuáles han sido consumidos y explotados desde hace miles de años para producir algunas de las bebidas más emblemáticas de nuestra cultura: los pulques y los mezcales”, comenta Soto sobre su exposición.

Por medio de los más de 2 mil objetos la exposición nos invita a hacer un viaje al pasado, pues no se trata solamente de bebidas etílicas, asimismo encontramos refrescos, chocolates y aguas de sabor, que sin duda nos harán mirarlos con añoranza al rememorar que muchos de estos fueron una parte de nuestra niñez y juventud, y, al comparar sus empaques y etiquetas con las que se encuentran hoy – ya que muchos siguen existiendo –, podremos comprender el avance que se ha tenido. Entendiendo, de esta manera, su valor antropológico, cultural, social y simbólico, que es el fin de esta exhibición.
Para apreciar esta imperdible muestra, visita el MODO, que se encuentra en Colima 145, en la colonia Roma de la Ciudad de México y abre sus puertas de martes a domingo de 10:00 am a 6:00 pm horas.


Ricardo Orrantia Cantú